Somos seres complejos, nuestro cerebro está diseñado para resistirse a los cambios, y es normal, nos acostumbramos al estatus cómodo, a lo que ya conocemos... Lo desconocido produce ansiedad, miedo y rechazo.
Nuestro cerebro diseña patrones de conducta que con el paso de los años se vuelven parte de nuestra personalidad y se arraigan tan fuerte que se vuelven creencias que bien pueden limitarnos o fortalecernos. Pero la buena noticia es que es posible cambiar o modificar esos caminos neuronales que nos definen, es posible crear nuevas realidades a partir de la voluntad, de la auto conciencia y de la disciplina.
Es totalmente posible hacerlo y la única forma es desear hacerlo. Eduard Punset, escritor, presentador e investigador español en temas de neurociencia, afirma que si la materia puede cambiar (así como el hielo se derrite en un vaso de agua o se evapora al contacto con el calor) nosotros también podemos cambiar nuestra forma de pensar. No importa la edad o la condición que tengamos, podemos modificar nuestros pensamientos.
Hoy les propongo el siguiente ejercicio, examine las palabras que emite a diario, cuantas de ellas son negativas, escoja solo una, aquella que repite más a menudo, por ejemplo: "odio el tráfico de la ciudad", "odio que no me contestes", "odio mi trabajo", "odio a mi jefe". Cambie la palabra odio o modifique la frase por algo más propositivo o simplemente elimínelas de su vocabulario por un lapso de 2 semanas, es como gimnasia para el cerebro. Hágalo y luego me cuenta cómo le fue.
Quien modifica sus pensamientos y palabras pronto modificará sus actitudes.
Nuestro cerebro diseña patrones de conducta que con el paso de los años se vuelven parte de nuestra personalidad y se arraigan tan fuerte que se vuelven creencias que bien pueden limitarnos o fortalecernos. Pero la buena noticia es que es posible cambiar o modificar esos caminos neuronales que nos definen, es posible crear nuevas realidades a partir de la voluntad, de la auto conciencia y de la disciplina.
Es totalmente posible hacerlo y la única forma es desear hacerlo. Eduard Punset, escritor, presentador e investigador español en temas de neurociencia, afirma que si la materia puede cambiar (así como el hielo se derrite en un vaso de agua o se evapora al contacto con el calor) nosotros también podemos cambiar nuestra forma de pensar. No importa la edad o la condición que tengamos, podemos modificar nuestros pensamientos.
Hoy les propongo el siguiente ejercicio, examine las palabras que emite a diario, cuantas de ellas son negativas, escoja solo una, aquella que repite más a menudo, por ejemplo: "odio el tráfico de la ciudad", "odio que no me contestes", "odio mi trabajo", "odio a mi jefe". Cambie la palabra odio o modifique la frase por algo más propositivo o simplemente elimínelas de su vocabulario por un lapso de 2 semanas, es como gimnasia para el cerebro. Hágalo y luego me cuenta cómo le fue.
Quien modifica sus pensamientos y palabras pronto modificará sus actitudes.
Me encanta. Este es un ejercicio no solo para la vida sino para el alma. Gracias
ResponderBorrarCon todo gusto!
BorrarCon todo gusto!
BorrarExcelente propuesta.
ResponderBorrarMuchas gracias Raul!
ResponderBorrarGracias María Fernanda por tocar vidas a través de tu blog. Muy interesante y rigurosos tus artículos. Felicitaciones !!!
ResponderBorrarMil gracias a ustedes por leerme!
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