Se acaban las páginas de este año 2016 y nuestro cerebro se empieza a preparar
para planificar las metas y sueños del próximo, hacemos miles de reflexiones,
actos de contrición y promesas que muchas de ellas desaparecerán los primeros
días de enero luego de la resaca del 31. Sin embargo, algunas, en las que nos
enfocaremos con fuerza, probablemente darán sus frutos.