Se acaban las páginas de este año 2016 y nuestro cerebro se empieza a preparar
para planificar las metas y sueños del próximo, hacemos miles de reflexiones,
actos de contrición y promesas que muchas de ellas desaparecerán los primeros
días de enero luego de la resaca del 31. Sin embargo, algunas, en las que nos
enfocaremos con fuerza, probablemente darán sus frutos.
Hoy me senté a
mirar con detenimiento el pasado, las redes que hemos construido este año, un año
que se montó en una montaña rusa emocional, un año en el que vivimos una
división por el SI y por el NO, en el que entramos en controversias por las
condenas establecidas a los integrantes de las FARC, por estar del lado de
Uribe, de Santos, todas las posiciones,
los puntos de vista, los argumentos válidos o no frente a los acuerdos de paz,
un año de transformación y división, en donde las redes sociales y de opinión
se movieron más que en cualquier otro año, nos especializamos en política, en
deporte, en economía, en derecho, en entender eso de la guerra y la paz... Nos
volvimos críticos destructivos y constructivos, algunos abrieron los ojos más
que otros, algunos empezamos a trabajar por la transformación de nuestro país,
otros se dejaron vencer en el intento, nuestro cerebro se sacudió por tragedias
como la del avión de los Chapecoenses, la fuerza de la naturaleza que cobró
vidas en diferentes partes del mundo, la muerte de Fidel (para algunos un
descanso, para otros una tragedia) la muerte desgarradora de Yuliana que nos
mantiene a todos con la indignación a flor de piel y el corazón arrugado,
la débil mecánica política para juzgar los peores crímenes que se cometen en
nuestro país, el hambre y desnutrición de nuestros niños en la Guajira, Chocó,
Putumayo y otras regiones que se me escapan, el sufrimiento de nuestros
indígenas, las cifras escandalosas de violaciones de nuestras niñas (todos los
días y en ocasiones por sus propios familiares), los movimientos por la
igualdad de género, raza, credo, la inclusión y el respeto por la existencia
del otro.
Este año se ha
movido en reflexión y conciencia, hemos construido en nuestro cerebro nuevos
caminos neuronales que están marcando la historia de las próximas generaciones,
y depende solo de nosotros que esos sueños, metas y promesas que nos hagamos al
apagarse el 2016 empiecen a trabajarse con la misma pasión con la que nos
quejamos y criticamos, materialicemos nuestras palabras en hechos, hagamos
parte de lo que queremos ver para las próximas generaciones, utilicemos
nuestros talentos para educar, para construir hogares con valores claros, para
adoptar actitudes de respeto, flexibilidad y tolerancia por lo que consideramos
diferente, hagamos uso de las mejores armas que tenemos, del servicio, de la
solidaridad y del amor por nuestro país, por nuestra familia, por nosotros
mismos. Dejemos el egoísmo, el victimismo, el individualismo, dejemos de cerrar
los ojos y sentirnos impotentes, la impotencia nunca es física, es mental, ¡actuemos!
Participemos en proyectos que apoyen la felicidad de las personas, apoyemos el
arte, los mensajes constructivos, las fundaciones que apoyan a los más débiles,
instalemos en nuestro cerebro y el de nuestros hijos, familia y amigos la
necesidad de ser mejores seres humanos y sobre todo seamos coherentes entre lo
que pensamos, hablamos y finalmente hacemos. Empieza hoy la lista de buenos
propósitos, deja de estar conectado y de hablar tanto, conéctate con el aquí y
el ahora. ¡Hazlos realidad! Rompe paradigmas, sé feliz.
Hola Mafe: Me gustó mucho el post porque nos deja (o por lo menos a mí) el mensaje de que importan tanto el pasado como el presente y el futuro, pero este último estadio depende de cómo afrontemos el presente, cómo lo retemos. Un abrazo, felicitaciones y gracias.
ResponderBorrarQuerido Victor, muchas gracias por leerme y por tu comentario. Así es, es importante hacer conciencia del aquí y el ahora, es cuestión de no perderse la vida por estar alucinando con lo que ya pasó y lo que aún no existe. Un abrazo!
BorrarEs increíble como tus pensamientos se materializan en obra de arte llamadas letras y puedes plasmarlos de tal manera..me gusta tu reflexion, me encanta tu invitación para ser Feliz y se seguir adelante a pesar de las adversidades...definitivamente hay que tener el ojo clínico para ciertos casos y el ojo crítico para analizar todas y cada una de las variables que influyen en nuestras vidas, que buen artículo, felicitaciones
ResponderBorrarAlejandro, gracias por seguirme y por leerme, son muy valiosas tus palabras y parte de ellas tienen mucho de tus pensamientos.
ResponderBorrarAbrazos!