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viernes, 8 de mayo de 2020

SOBREVIVE O VIVE


SOBREVIVE O VIVE

"Cuando vivimos en estrés y supervivencia, es imposible crear" Joe Dispenza




Día 45 de cuarentena, “el encierro puede enloquecerte” lo escuché por ahí, y eso es relativo, quizás encontrarte solo, viéndote al espejo, transitando el mismo espacio todos los días te produzca repudio, a eso se le llama autofobia: miedo a estar consigo mismo.  Tal vez a otras personas les resulte magnífico estar en casa, lejos del ruido y el estrés laboral, lejos del tráfico, lejos de todo. Algunos pueden estar desesperados de estar viendo las caras de sus familiares todos los días, la cocina, la limpieza, el día a día se puede tornar agotador, o lidiar con los temperamentos de quienes solo veías en las mañanas y las noches puede ocasionar disgustos y aislamientos más severos: cada cual en su habitación. Lo cierto es que la mente, nuestro mecanismo más poderoso para sobrevivir, necesita atención, y mucho más en estos momentos de cambio, si antes no le parábamos bolas a las charlas y talleres de inteligencia emocional que nos daban en las empresas, pues es ahora la oportunidad de desempolvar el tema.

Existe algo que se llama neurosis de guerra entendida en 1917 como una herida emocional, un término que se volvió popular después de la primera guerra mundial, a lo que más comúnmente conocemos como trastorno por estrés postraumático, algo que afectó a muchos soldados  durante la guerra, una patología descubierta después de estos sucesos y que tenía como antecedentes la impotencia y el pánico, las ganas de querer salir corriendo, huir y protegerse de las bombas y estallidos espantosos, produciendo en los soldados insomnio, falta de apetito, desgano y pérdida de las ganas de razonar. Y es que sentirse impotentes ante la falta de control de nuestras vidas, sentir la incertidumbre de no saber que pasará mañana, si tendremos dinero para cubrir gastos, poner un plato de comida sobre la mesa, sentir pánico por salir a la calle, sentir la paranoia al caminar por las mismas calles que antes eran “seguras”, llegar a una tienda, banco, local y tratar de no tocar nada, no hablar con nadie, creo que es muy similar a estar en medio de una guerra. Mi intuición de hecho me dice que es una guerra, la que nos mata de miedo y el resonar de las bombas es la información o "infoxicación".
   
Es por esto, qué en medio de la situación que estamos viviendo, necesitamos hacer todo lo que esté en nuestras manos por buscar alternativas que nos alejen al máximo de esos miedos que pueden convertirse en foco de locura, tristeza o depresión, entre algunas de las enfermedades mentales que nos pueden invadir. Es paradójico, que aunque llevo mas de 15 años trabajando y estudiando con la mente y el cambio organizacional, explorando como nos comportamos los seres humanos en medio de los cambios, las crisis y las transformaciones personales y empresariales, especializándome en neurociencia de las emociones, programación neurolingüística y cien herramientas más, todos mis conceptos me han puesto patas arriba. Me he encontrado con que este momento en específico, esto que estamos viviendo a nivel mundial, no tiene una metodología que podamos aplicar de manera exitosa, no tiene un único camino o fórmula que todos podamos seguir, porque cada caso es tan particular que tendríamos que empezar por entender lo que cada ser humano en el mundo está viviendo. Sin embargo, nos queda algo muy valioso, eso a lo que si todos podemos acceder: nuestra mente y nuestro corazón, la mente entendida como el recurso mas poderoso, que cuenta con la mejor herramienta: el cerebro. Y el corazón que como bien lo diría mi médico bioenergético, Pablo Sanabria: “El fuego del corazón maneja los procesos mentales”
   
Es por esto qué basada en la experiencia que he tenido, y que quizás puede ser aplicable para cada uno de ustedes quienes me leen, a lo mejor, puede ser un mecanismo, un paracaídas, para sobrevivir en medio de esta crisis y salir de está con la mente sana, renovada y despierta:

1.    Aléjate de las noticias y la televisión en general, sobre todo esas que incrementan el caos, algunas falsas, cadenas de WhatsApp y publicaciones alarmistas en las redes sociales, noticias en la tv que traen a nuestra mente pensamientos como: “Esto se va a poner peor” “¿Y qué hacer cuando no tengamos cómo comer?” “Y ahora quien podrá ayudarnos” “¿Será que el gobierno se acuerda de mí?” Con esto no quiero en ningún momento quitarle la importancia a lo que pasa, sin embargo, cuando saturamos nuestro cerebro de cosas catastróficas, simplemente se bloquea y se queda dando vueltas en los problemas, no en las soluciones.

EJERCICIO: Escucha las noticias por 10 minutos al día solo para tener información, escoge una hora: en la mañana, en la tarde o en la noche. Escoge solo un horario. Ahora piensa ¿qué puedes hacer con esa información?:
Opción 1. Ir a Twitter a quejarte de lo que está pasando y leer las interminables cadenas de comentarios llenos de insultos por una hora o más. A esta red de trinos insultantes la llamo "la cajita del odio"
Opción 2.  Sumirte en el dolor más profundo y acostarte en tu cama para lamentarte de la dura situación, luego ir a Netflix y ver Epidemia, Virus, Viral, Pandemia, Contagio, El final de todo, Extinción y hay más… que de hecho creo ya las viste porque yo también.
Opción 3. Llamar a alguien de tu extrema confianza para hablar de la terrible situación, de cómo nadie se acuerda de ti, de que pronto te vas a quedar sin un peso o de hecho ya no tienes y que de alguna manera esperarás lo peor.
Opción 4. Hacer uso de tu conciencia, de tu creatividad, de tu ingenio, de tus fortalezas, de tu capacidad para crear algo que no solo te ayude a ti sino también a otras personas en la misma situación.
Opción 5. Abrir tus ojos y agradecer por un día más de vida, sonreír y dar lo mejor de tu existencia a las personas con las que convives, abrir la ventana y ventilar la casa para que entre por fin el oxígeno limpio que mucho tiempo contaminamos, mirar el cielo y sentirte pleno por la maravilla de planeta en el que nacimos y crecimos, tener la intención de sobrevivir cuidándonos y cuidando a nuestra familia.

2.       Escribe, de hecho, escribir es sacar aquello que nos atemoriza, es la mejor manera de exorcizar demonios, de limpiar, de expresar pensamientos, y mejor aún cuando nos leemos. entender en donde estamos concentrando nuestra energía

3.       Haz ejercicio, haz una rutina de por lo menos 10 minutos diarios, acá algunas alternativas para ejercitar el cuerpo, cambia tu alimentación, no solo su cuerpo te lo agradecerá, el planeta también.
      


Hacer Yoga puede ser una excelente alternativa para conectar mente, cuerpo, corazón y espíritu. Revisa este enlace, si nunca haz practicado:


4.       Saca uno de esos propósitos que pensaste o prometiste en diciembre y empieza a cumplirlo, lee ese libro que tienes en tu mesita de noche y que abandonaste por falta de tiempo, empieza ese relato que tanto querías escribir, haz las rutinas de ejercicio que abandonaste en enero, estudia esa especialización, maestría, diplomado o curso que siempre quisiste tomar, hay cientos gratuitos y con muchos descuentos en Internet, cambia la alimentación, esa que te hace daño e intoxica tu organismo, deja ese vicio que le resta tiempo a tu vida, programa tu mente para cambiar el genio que quizás te hizo tener tantos problemas en el pasado y que te pueden estar alejándolo de quienes te aman en el presente, habla con seres que te aporten cosas positivas y te ayuden a crear. Llévate este pensamiento: “Creer es crear”.

5.       Lee, alimenta tu cerebro con cosas que te ayuden a tener pensamientos diferentes: el pensamiento activa la emoción, la emoción un sentimiento y el sentimiento la acción. Míralo de esta manera:
1. Pensamiento: Están basados en tus creencias, sabías que el 95% de tus pensamientos ya se encuentran en tu subconsciente y es por eso que actúas como actúas diariamente, es decir estás en piloto automático, eso indica que si tus pensamientos que son 60.000 aproximadamente cada día, son los mismos de ayer, pues por lo mismo, sigues siendo el mismo de ayer, es decir no cambias. Por ejemplo: 44 días pensando así: “El virus es lo peor que nos ha pasado, vamos a quebrar y quizás morir”

2. Emoción:  Reacción neurofisiológica automática desencadenada por un estimulo interno y externo, las emociones son químicos como la dopamina, el cortisol, la oxitocina, la serotonina, la adrenalina, etc, que hacen que tu cuerpo se sienta diferente antes de que puedas pensar en cómo te sientes, o traducirlo en algo consciente. Te tiemblan las piernas, te sientes con frío o calor, tu piel se eriza (si, a lo Amparo Grisales) o se pone de gallina, sudas, sientes que te pones rojo, tus orejas se calientan, te paralizas, gritas, huyes, te escondes, ríes, lloras, te sorprendes, en fin… la emoción es esa reacción inconsciente de tu cuerpo.

3. Sentimiento: Es la autopercepción de una determinada emoción, es cuando somos capaces de hacerlas conscientes, es decir: tengo miedo, tengo incertidumbre, tristeza, alegría, asco, rabia, desesperanza o mi favorita: Siento amor.

4. Acción: es la reacción o respuesta desencadenada por un estímulo, es eso que hago con mi emoción. Esto quiere decir qué si mi pensamiento es muy negativo, el desencadenante será negativo y estaré en ese bucle interminable. Sin embargo, si decides ya, en este momento cambiar tu pensamiento, eso inevitablemente cambiará la emoción, el sentimiento y por supuesto la acción. Aunque ojo, no es cambiarlo hoy, es hacer un ejercicio diario, una repetición consciente que desinstale tus pensamientos negativos e instale o active tus programas positivos y con esto te ayudaré en los siguientes puntos o ideas. Cuando lo logres, ese pensamiento pasará a tu mente consciente, ese otro 5% que con el tiempo será un rasgo de tu personalidad, es decir será parte de tu piloto automático o mente subconsciente.

6. Ayúdale por lo menos a una persona que esté triste, deprimida o simplemente aburrida. Busca herramientas que aporten a ese aprendizaje, vídeos, charlas, libros y enseña lo que has aprendido y leído. Enseñar lo que hemos aprendido nos ayuda en nuestro propio proceso de cambio, es la mejor manera de aprender.

7. Aprende a respirar, siéntate al borde de tu cama todos los días y practica por un minuto o más la respiración consciente, esto no solo hará que tu cerebro trabaje mejor, esté más oxigenado, sino que también to hará sentirte agradecido por despertarte vivo. Bebe agua al despertar, otro vaso mas a la media mañana, otro más después de tomar tus alimentos, otro tipo tres de la tarde y otro al acostarte.

8. Agradece, por tonto que le parezca, agradece, desde que abras tus ojos, agradece por tus alimentos, por el agua, por el aire, por el cielo, agradece por estar, y agradece el día vivido al acostarte. Agradece a las personas con quien convives, siempre agradece y hazlo de manera genuina, con una sonrisa, con esa delgada línea que todo endereza. 

9. Aprende a meditar, es tal vez el ejercicio mas complejo y simple a la vez, meditar es un regalo para tu cuerpo, para tu mente, para tu corazón, pero mas allá, es un regalo para tu espíritu, es una oración profunda, una comunión extraordinaria con tus células, con tus neuronas, con tu ADN, meditar te conecta con esa otra dimensión que nos ves pero que está aquí, dentro de ti. Meditar es ir más allá de tu mente analítica,  te ayuda a cruzar al campo cuántico, te ayuda a recordar programas dormidos en tu mente, te traslada a ese yo, al nuevo yo, al que quieres y anhelas. Acá algunas recomendaciones para que desde la ciencia y el conocimiento de tu cerebro, aprendas la importancia de esta conexión con tu ser y tu espíritu.

https://www.notion.so/Series-Gaia-d7917ab2bb14481691f9460b5d069aca  (Mira la serie "Recableado" por tiempo limitado)



Bienvenidos a la Nueva Normal, esa a lo que nos empezamos a adaptar, esa que nos está enseñando que si podemos ser mágicos, libres, sanadores y conscientes.  Esa que nos desnudó y nos mostró que debajo de todos esos trapos de marca, maquillajes costosos, comidas tóxicas, automóviles contaminantes, creencias que dividen, políticas y religiones que esclavizan, existimos los mismo seres humanos, vulnerables e ingenuos, grandiosos, poderosos y resilientes, esperando que un milagro cambie nuestro mundo, un mundo que inevitablemente ya cambió.


María Fernanda Figueroa


Dedico esta entrada a mi maestro Andrés Quintero, quien ha guiado en el despertar de mi consciencia.

Bibliografía
  • Rewired Dr. Joe Dispenza
  • El placebo eres tu Dr. Joe Dispenza
  • Grupo WhastApp Búsqueda
  • Antonio Damasio - Y el cerebro creó al hombre