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jueves, 8 de octubre de 2020

2020, EL AÑO QUE CAMBIÉ LA CERTEZA POR CIEN CUERDAS FLOJAS

 


Playa, brisa y mar, así inició mi 2020 en Republica Dominicana, feliz de la vida trabajando en Change Americas Dominicana para una empresa corredora de seguros en Santo Domingo. Un proyecto hermoso en ROS Seguros y con toda la buena vibra que hicieron de esos dos primeros meses una experiencia de cambio muy poderosa para sus líderes y para mí. Aprovechando mi estadía tuve la oportunidad de dictar la Certificación Internacional de Desarrollo Organizacional de Change Americas a un grupo maravilloso de personas de diferentes empresas, y justo cuando nos encontrábamos en la mitad de la certificación, llegó la pandemia y tuve que devolverme a Colombia. ¡Qué bueno que existe la tecnología! La pude finalizar desde casa.


Y claro está, mis hábitos cambiaron y cada día era una montaña rusa diferente. Me volví una malabarista entre la cocina, el aseo, mis hijos, mis mascotas, mi pareja y mi trabajo. Así como Wonder Woman pude atar el lazo de la verdad a mi conciencia y convertir mi escudo en una herramienta multiusos para combatir el estrés, el cansancio y la explosión de miedos que me atacaban por punta y punta.

La pandemia hizo que mi gran proyecto de Gestión del Cambio, con el que inicié el año se detuviera, seguramente existían otras prioridades. La buena estrella que siempre me ha acompañado me sorprendió con dos nuevos proyectos, uno para realizar unas devoluciones 360° (tipo coaching) de la medición cultural de Niveles de Conciencia, a varios líderes de La Bolsa de Valores de Colombia, un proyecto de Evolution Change y un proyecto de gestión documental para hacer gestión del cambio en ICFE (instituto de casas fiscales del ejercito) junto con Control Online.




Si bien, ser independiente tiene sus riesgos, también te abre la posibilidad de trabajar con diferentes empresas, al mismo tiempo. Y es que en estos 15 años de experiencia he aprendido a trabajar en medio de la volatilidad de un mundo cambiante, la incertidumbre de no saber lo que pasará, la complejidad de cada negocio, sus políticas y procesos y la ambigüedad que se convierte en el pan de cada día.

Finalicé estos proyectos y nuevamente la estrella actuó. Dabega Training & Development me abrió las puertas con dos proyectos de formación y desarrollo para dos importantes empresas: Teleperformace con un reto de formar en temas de liderazgo (Liderando en la Covidianidad) a más de 2100 líderes y Pfizer con quienes ejecutamos un programa con herramientas poderosas (Las Seis Dimensiones del Profesional Moderno) para el fortalecimiento de competencias en dos grupos importantes de la empresa.

No puedo estar mas que agradecida por cada puerta que se abrió en las empresas que confiaron en mi talento y me ayudaron a mantener el equilibrio en medio de la crisis.



Mis rescates, salvavidas de poder.

En medio de 100 cuerdas flojas, abismos y tempestades, aparecieron los grupos de rescate, entre ellos el de “Búsqueda” un grupo de personas increíbles de todo el mundo que construyó en mi la espiritualidad y el amor por la vida. Cada día una cápsula de poder que me llenó de fortaleza y de aprendizaje constante para ganar nuevos hábitos, entre ellos el de meditar y agradecer.

Otro salvavidas, y quizás el que me ayudó a fortalecer mi autoestima, Jairo Castañeda, un amigo de la vida que con su Equipaje Emocional y a través de sus cuentos narrados e ilustrados, sus metáforas y talleres me reveló varios secretos para sobrevivir a los infiernos, en una palabra: Resiliencia. Nuestras conversaciones poderosas alrededor de temas como trabajo en equipo, perseverancia, comunicación efectiva y otras tantas herramientas que me ayudaron a fortalecer mi discurso y a perder el miedo a hablar espontáneamente en un mundo virtual, cuando en épocas presenciales era tan fácil para mí. Luego llegaron las clases de Stand Up Comedy impartidas por el mismo Jairo las cuales me ayudaron a construir la estructura de un buen discurso con el ingrediente más poderoso: El humor.

La lectura se convirtió en mi aliciente, y tuve el tiempo para devorar páginas de mis temas y autores favoritos. El placebo eres tú de Joe Dispenza (que por fin lo pude terminar) Supergenes de Depak Chopra, Una nueva Tierra y el Poder del Ahora de Eckhart Tolle y un centenar de artículos poderosos que me ayudaron mas que a reinventarme a trascender a otros niveles de conciencia, en los que la cohesión interna, el hacer la diferencia y la capacidad de servir se convirtieron en mis principales herramientas de supervivencia.

Otro grupo virtual que nació en medio de la pandemia fue el grupo de los locos emprededores 730ers, y aunque yo llegué un poco tarde, me acogieron de forma cálida y amable. Entre Argentinos, Colombianos y Chilenos con quienes compartimos conocimientos, tips, herramientas y nos apoyamos en nuestros emprendimientos, además de hablar de los Lives de Leo Piccioli un conferencista y escritor a quien seguimos de manera ferviente por LinkedIn y en donde el plato de primera mesa es el liderazgo disruptivo.

Y mi rescate mas certero fue mi emprendimiento. Mientras avanzaba en mi parte profesional, pude dedicarle tiempo a un bebé soñado que nació el 6 marzo del 2020, Universo de Mujeres, algo que rondada mi cabeza desde hace tiempo, entender por qué llegan a la cima de su profesión un porcentaje menor de mujeres que de hombres, racionalizar el papel de la mujer en el momento actual y las miles de maneras de inspirar para que muchas más alcancen sus objetivos profesionales, personales y de liderazgo fueron la gasolina para poner en marcha la creación de este espacio seguro diseñado exclusivamente para mujeres. Así que me puse en la tarea de crear cuenta en Instagram @universodemujeres0 y en Facebook, página web www.eluniversodemujeres.com y como quien alimenta a un niño, esto se convirtió en mi día a día. Con el paso del tiempo cree la Masterclass a la que denominé “PRIMER ENCUENTRO DE PODER, CONECTA CON TU INTERIOR” y me lancé a dictar herramientas de empoderamiento femenino con un primer grupo. ¡Y vamos por más!

Hoy me encuentro con la incertidumbre de lo que vendrá, y es que eso no va a cambiar, abriendo puertas en otras empresas y con la energía y el positivismo que me caracterizan, arriesgándome desde mi independencia a encontrar nuevos horizontes.

Solo los que aprendamos a vivir cómodos en la incertidumbre sobreviviremos y mejor aún viviremos disfrutando del mundo impredecible, cambiante, complejo y ambiguo que nos hará sentir el vértigo de 100 cuerdas flojas quizás. Y es que lo más certero para mí es que “siempre es hoy”.


María Fernanda Figueroa