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viernes, 7 de octubre de 2016

Paradigmentes, una conexión con tu interior

Hola a todos los que me leen y siguen, gracias por compartir conmigo este espacio: "Paradigmentes" en el que publicaré a diario artículos que les pueden ayudar a fortalecer sus habilidades y desarrollar otras que quizás no sabían que tenían,  realizando un viaje al centro de nuestra existencia, nuestro cerebro, y entendiendo las razones por las cuales somos como somos y actuamos como actuamos. Hace algunos años no conocíamos mucho del cerebro, era casi un misterio saber lo que pasaba en su  interior, algunos vagos estudios  de la masa gris y varias teorías psicológicas del comportamiento humano nos hacía creer que así cómo veníamos de fábrica, así nos quedábamos toda la vida, y por su puesto a tener paradigmas tan fuertes como: "Yo soy así y punto", "es mi personalidad y es imposible pensar distinto" , "así me hizo Dios", "Yo siempre me equivoco y eso no va a cambiar". 


Pensamientos o creencias que nos limitaron durante años, impidiendo que pudiéramos salir de la caja, del estatus cómodo en el que nos encontrábamos, y mientras los científicos, psiquiatras y psicólogos se encargaban de estudiar las psicopatologías o enfermedades de la mente, muy pocos fueron los que se aventuraron a estudiar el comportamiento de las mentes sanas. En 1933 Lewis R. Goldberg creó el modelo sobre los rasgos más reconocidos de la personalidad humana: o también llamados Factores principales: factor O (apertura a las nuevas experiencias), factor C (responsabilidad), factor E(extroversión), factor A (amabilidad) y factor N(neuroticismo o inestabilidad emocional), formando así el acrónimo “OCEAN” . Años más tarde, en plena época de la liberación femenina, William Moulton Marston, psicólogo estadounidense, graduado en Harvard se preocupó más por entender cuáles eran esos rasgos predominantes en los seres humanos y los clasificó en cuatro tipos de personalidad: Los influyentes; personas con características de líderes, soñadores, alegres, impulsivos, dispersos, con un gran SI pintado en la frente aunque poco analíticos. Los Dominantes: aquellos orientados a los resultados, certeros, rápidos y controladores.Los concienzudos: personas ordenadas, analíticas, reservadas y objetivas, de ritmo reflexivo, muy lentas para el gusto de los dominantes e influyentes, y por último los serenos, personas tranquilas, armónicas, dispuestas siempre a dar la mano, preocupadas por los demás, claro está que todos tenemos un poco de todo, pero por lo general predominan una o dos características, en este momento usted debe estar analizando en cual encaja o con cual se identifica más. Y es así como se rompe el paradigma de "trata a los demás como quisieras ser tratado", para convertirse en "trata a los demás como ellos quieren ser tratados". 

Entender primero como somos y entender a los demás en su complejidad nos hace ser mucho más flexibles en nuestro comportamiento, no somos moldes hechos a la medida ni tampoco tenemos con exactitud la misma forma de pensar, somos seres individuales e irrepetibles, increíblemente complejos, tanto que no logramos comprender por qué pensamos, hablamos y terminamos haciendo lo contrario. 

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