SOBREVIVE O VIVE
"Cuando vivimos en estrés y supervivencia, es imposible crear" Joe Dispenza
Día 45 de cuarentena, “el
encierro puede enloquecerte” lo escuché por ahí, y eso es relativo, quizás
encontrarte solo, viéndote al espejo, transitando el mismo espacio todos los
días te produzca repudio, a eso se le llama autofobia: miedo a estar consigo
mismo. Tal vez a otras personas les
resulte magnífico estar en casa, lejos del ruido y el estrés laboral, lejos del
tráfico, lejos de todo. Algunos pueden estar desesperados de estar viendo las
caras de sus familiares todos los días, la cocina, la limpieza, el día a día se
puede tornar agotador, o lidiar con los temperamentos de quienes solo veías en las
mañanas y las noches puede ocasionar disgustos y aislamientos más severos: cada
cual en su habitación. Lo cierto es que la mente, nuestro mecanismo más
poderoso para sobrevivir, necesita atención, y mucho más en estos momentos de
cambio, si antes no le parábamos bolas a las charlas y talleres de inteligencia
emocional que nos daban en las empresas, pues es ahora la oportunidad de
desempolvar el tema.
Existe algo que se llama neurosis
de guerra entendida en 1917 como una herida emocional, un término que se volvió
popular después de la primera guerra mundial, a lo que más comúnmente conocemos
como trastorno por estrés postraumático, algo que afectó a muchos soldados durante la guerra, una patología descubierta
después de estos sucesos y que tenía
como antecedentes la impotencia y el pánico, las ganas de querer salir
corriendo, huir y protegerse de las bombas y estallidos espantosos, produciendo
en los soldados insomnio, falta de apetito, desgano y pérdida de las ganas de razonar.
Y es que sentirse impotentes ante la falta de control de nuestras vidas, sentir la incertidumbre de no saber que pasará mañana, si tendremos dinero para
cubrir gastos, poner un plato de comida sobre la mesa, sentir pánico por salir a
la calle, sentir la paranoia al caminar por las mismas calles que antes eran “seguras”,
llegar a una tienda, banco, local y tratar de no tocar nada, no hablar con
nadie, creo que es muy similar a estar en medio de una guerra. Mi intuición de hecho me dice que es una guerra, la que nos mata de miedo y el resonar de las bombas es la información o "infoxicación".
Es por esto, qué en medio de la
situación que estamos viviendo, necesitamos hacer todo lo que esté en nuestras manos por
buscar alternativas que nos alejen al máximo de esos miedos que pueden convertirse
en foco de locura, tristeza o depresión, entre algunas de las enfermedades
mentales que nos pueden invadir. Es paradójico, que aunque llevo mas de 15 años
trabajando y estudiando con la mente y el cambio organizacional, explorando
como nos comportamos los seres humanos en medio de los cambios, las crisis y las
transformaciones personales y empresariales, especializándome en neurociencia de las emociones, programación neurolingüística y cien herramientas más, todos mis conceptos me han puesto
patas arriba. Me he encontrado con que este momento en específico, esto que
estamos viviendo a nivel mundial, no tiene una metodología que podamos aplicar
de manera exitosa, no tiene un único camino o fórmula que todos podamos seguir,
porque cada caso es tan particular que tendríamos que empezar por entender lo
que cada ser humano en el mundo está viviendo. Sin embargo, nos queda algo muy valioso,
eso a lo que si todos podemos acceder: nuestra mente y nuestro corazón, la
mente entendida como el recurso mas poderoso, que cuenta con la mejor
herramienta: el cerebro. Y el corazón que como bien lo diría mi médico bioenergético,
Pablo Sanabria: “El fuego del corazón maneja los procesos mentales”
Es por esto qué basada en la
experiencia que he tenido, y que quizás puede ser aplicable para cada uno de
ustedes quienes me leen, a lo mejor, puede ser un mecanismo, un paracaídas, para
sobrevivir en medio de esta crisis y salir de está con la mente sana, renovada y despierta:
1. Aléjate de las noticias y la televisión en general, sobre todo esas que incrementan el caos, algunas
falsas, cadenas de WhatsApp y publicaciones alarmistas en las redes sociales,
noticias en la tv que traen a nuestra mente pensamientos como: “Esto se va a
poner peor” “¿Y qué hacer cuando no tengamos cómo comer?” “Y ahora quien podrá
ayudarnos” “¿Será que el gobierno se acuerda de mí?” Con esto no quiero en
ningún momento quitarle la importancia a lo que pasa, sin embargo, cuando
saturamos nuestro cerebro de cosas catastróficas, simplemente se
bloquea y se queda dando vueltas en los problemas, no en las soluciones.
EJERCICIO: Escucha las noticias por 10 minutos al día solo para tener información, escoge una hora: en
la mañana, en la tarde o en la noche. Escoge solo un horario. Ahora piensa ¿qué
puedes hacer con esa información?:
Opción 1. Ir a Twitter
a quejarte de lo que está pasando y leer las interminables cadenas de
comentarios llenos de insultos por una hora o más. A esta red de trinos insultantes la llamo "la cajita del odio"
Opción 2. Sumirte en el dolor más profundo y acostarte
en tu cama para lamentarte de la dura situación, luego ir a Netflix y ver
Epidemia, Virus, Viral, Pandemia, Contagio, El final de todo, Extinción y hay más…
que de hecho creo ya las viste porque yo también.
Opción 3. Llamar
a alguien de tu extrema confianza para hablar de la terrible situación, de cómo
nadie se acuerda de ti, de que pronto te vas a quedar sin un peso o de hecho
ya no tienes y que de alguna manera esperarás lo peor.
Opción 4. Hacer uso
de tu conciencia, de tu creatividad, de tu ingenio, de tus fortalezas, de tu
capacidad para crear algo que no solo te ayude a ti sino también a otras personas
en la misma situación.
Opción 5. Abrir tus ojos y agradecer por un día más de vida, sonreír y dar lo mejor de tu
existencia a las personas con las que convives, abrir la ventana y ventilar la
casa para que entre por fin el oxígeno limpio que mucho tiempo contaminamos,
mirar el cielo y sentirte pleno por la maravilla de planeta en el que nacimos y
crecimos, tener la intención de sobrevivir cuidándonos y cuidando a nuestra
familia.
2. Escribe,
de hecho, escribir es sacar aquello que nos atemoriza, es la mejor manera de exorcizar
demonios, de limpiar, de expresar pensamientos, y mejor aún cuando nos leemos. entender
en donde estamos concentrando nuestra energía
3. Haz ejercicio, haz una rutina de por lo menos 10 minutos diarios, acá algunas
alternativas para ejercitar el cuerpo, cambia tu alimentación, no solo su
cuerpo te lo agradecerá, el planeta también.
Hacer Yoga puede ser una excelente alternativa para conectar mente, cuerpo, corazón y espíritu. Revisa este enlace, si nunca haz practicado:
4. Saca uno de esos propósitos que pensaste o prometiste en diciembre y empieza a cumplirlo,
lee ese libro que tienes en tu mesita de noche y que abandonaste por falta de
tiempo, empieza ese relato que tanto querías escribir, haz las rutinas de
ejercicio que abandonaste en enero, estudia esa especialización, maestría,
diplomado o curso que siempre quisiste tomar, hay cientos gratuitos y con muchos
descuentos en Internet, cambia la alimentación, esa que te hace daño e intoxica tu organismo, deja ese vicio que le resta tiempo a tu vida, programa tu mente
para cambiar el genio que quizás te hizo tener tantos problemas en el pasado y
que te pueden estar alejándolo de quienes te aman en el presente, habla con seres que te aporten cosas positivas y te ayuden a crear. Llévate este
pensamiento: “Creer es crear”.
5. Lee,
alimenta tu cerebro con cosas que te ayuden a tener pensamientos diferentes: el
pensamiento activa la emoción, la emoción un sentimiento y el sentimiento la
acción. Míralo de esta manera:
1. Pensamiento: Están basados en tus
creencias, sabías que el 95% de tus pensamientos ya se encuentran en tu subconsciente
y es por eso que actúas como actúas diariamente, es decir estás en piloto
automático, eso indica que si tus pensamientos que son 60.000 aproximadamente cada
día, son los mismos de ayer, pues por lo mismo, sigues siendo el mismo de ayer,
es decir no cambias. Por ejemplo: 44 días pensando así: “El virus es lo peor
que nos ha pasado, vamos a quebrar y quizás morir”
2. Emoción: Reacción neurofisiológica automática
desencadenada por un estimulo interno y externo, las emociones son químicos
como la dopamina, el cortisol, la oxitocina, la serotonina, la adrenalina, etc,
que hacen que tu cuerpo se sienta diferente antes de que puedas pensar en cómo
te sientes, o traducirlo en algo consciente. Te tiemblan las piernas, te
sientes con frío o calor, tu piel se eriza (si, a lo Amparo Grisales) o se pone
de gallina, sudas, sientes que te pones rojo, tus orejas se calientan, te
paralizas, gritas, huyes, te escondes, ríes, lloras, te sorprendes, en fin… la
emoción es esa reacción inconsciente de tu cuerpo.
3. Sentimiento: Es la autopercepción de una
determinada emoción, es cuando somos capaces de hacerlas conscientes, es decir:
tengo miedo, tengo incertidumbre, tristeza, alegría, asco, rabia, desesperanza
o mi favorita: Siento amor.
4. Acción: es la reacción o respuesta desencadenada por un estímulo, es eso que hago con
mi emoción. Esto quiere decir qué si mi pensamiento es muy negativo, el desencadenante
será negativo y estaré en ese bucle interminable. Sin embargo, si decides ya,
en este momento cambiar tu pensamiento, eso inevitablemente cambiará la emoción,
el sentimiento y por supuesto la acción. Aunque ojo, no es cambiarlo hoy, es hacer
un ejercicio diario, una repetición consciente que desinstale tus pensamientos negativos e instale o active tus programas positivos y con esto te ayudaré en los
siguientes puntos o ideas. Cuando lo logres, ese pensamiento pasará a tu mente
consciente, ese otro 5% que con el tiempo será un rasgo de tu personalidad, es
decir será parte de tu piloto automático o mente subconsciente.
6. Ayúdale por lo menos a una
persona que esté triste, deprimida o simplemente aburrida. Busca herramientas que aporten a ese aprendizaje, vídeos, charlas, libros y enseña lo que has aprendido y leído. Enseñar
lo que hemos aprendido nos ayuda en nuestro propio proceso de cambio, es la
mejor manera de aprender.
7. Aprende a respirar, siéntate al borde de tu cama todos los días y practica por un minuto o más la
respiración consciente, esto no solo hará que tu cerebro trabaje mejor, esté más
oxigenado, sino que también to hará sentirte agradecido por despertarte vivo.
Bebe agua al despertar, otro vaso mas a la media mañana, otro más después de
tomar tus alimentos, otro tipo tres de la tarde y otro al acostarte.
8. Agradece, por tonto que le
parezca, agradece, desde que abras tus ojos, agradece por tus alimentos, por
el agua, por el aire, por el cielo, agradece por estar, y agradece el día
vivido al acostarte. Agradece a las personas con quien convives, siempre
agradece y hazlo de manera genuina, con una sonrisa, con esa delgada línea que
todo endereza.
9. Aprende a meditar, es tal vez
el ejercicio mas complejo y simple a la vez, meditar es un regalo para tu
cuerpo, para tu mente, para tu corazón, pero mas allá, es un regalo para tu espíritu,
es una oración profunda, una comunión extraordinaria con tus células, con tus
neuronas, con tu ADN, meditar te conecta con esa otra dimensión que nos ves
pero que está aquí, dentro de ti. Meditar es ir más allá de tu mente analítica, te ayuda a cruzar al campo cuántico, te ayuda a recordar programas dormidos en tu mente, te traslada a ese
yo, al nuevo yo, al que quieres y anhelas. Acá algunas recomendaciones para que
desde la ciencia y el conocimiento de tu cerebro, aprendas la importancia de
esta conexión con tu ser y tu espíritu.
https://www.notion.so/Series-Gaia-d7917ab2bb14481691f9460b5d069aca (Mira la serie "Recableado" por tiempo limitado)
Bienvenidos a la Nueva Normal,
esa a lo que nos empezamos a adaptar, esa que nos está enseñando que si podemos
ser mágicos, libres, sanadores y conscientes. Esa que nos desnudó y nos mostró que debajo de
todos esos trapos de marca, maquillajes costosos, comidas tóxicas, automóviles contaminantes,
creencias que dividen, políticas y religiones que esclavizan, existimos los mismo
seres humanos, vulnerables e ingenuos, grandiosos, poderosos y resilientes, esperando que un milagro cambie nuestro
mundo, un mundo que inevitablemente ya cambió.
María Fernanda Figueroa
Dedico esta entrada a mi maestro Andrés Quintero, quien ha guiado en el despertar de mi consciencia.
Bibliografía
- Rewired Dr. Joe Dispenza
- El placebo eres tu Dr. Joe Dispenza
- Grupo WhastApp Búsqueda
- Antonio Damasio - Y el cerebro creó al hombre
Me encantó, gracias palabras sabías y acertadas 💜
ResponderBorrarGracias a ti por leerme y por estar en mi despertar! Esto es gracias a seres maravillosos como tu!
ResponderBorrarEspecular, muy interesante ver la crisis desde la consciencia, permite avanzar y encontrar soluciones. Maravilloso artículo
ResponderBorrarExcelentes reflexiones para digerir y poner en práctica en esta época de cambio que estamos atravesando.
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