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martes, 26 de junio de 2018

CONCIENCIA Y PROPÓSITO PARA NO MORIR EN EL INTENTO

Es una pena que teniendo un país tan lleno de gente pensante, creativa y emprendedora nos veamos divididos por un sistema político que solo busca “poder” y llevarnos a extremos bien sea des brechas entre ricos y pobres o una sociedad en la que no se pueda progresar y cumplir sueños.

Colombia, el país de los que olvidan con facilidad, en el que fácilmente pasamos de una contienda política a un mundial de fútbol, de una época de secuestros, narcotráfico, muertes y barbaries a una de indiferencia y continuas etiquetas por el otro, un país que se le olvidó que hay que construir, progresar y educar, y que aún nos falta un largo trecho por caminar. 

Un país que fácil se sumerge en la fiesta y los carnavales para olvidar en medio del alcohol y la desidia. Un país que prefiere estar enguayabado que presto a trabajar por la felicidad colectiva. Un país perezoso que prefiere refugiarse en las redes sociales para echarle la culpa al otro de lo que nos pasa… Un país al que le hace falta retornar a la “disciplina” y a la “responsabilidad” de los actos propios, un país lleno de “víctimas” instaladas por una historia de corrupción y violencia ¿Y qué hacemos? Seguimos dormidos, creemos que estamos despiertos pero somos sonámbulos navegando entre las necesidades de supervivencia, reconocimiento y autoestima…. Y ahora, ¿somos conscientes de lo que hacemos para sembrar algo en nuestra sociedad, lo estamos haciendo posible? Quejas y más quejas, etiquetas insulsas, contaminación verbal y escrita que nada aporta. Eso es lo que le reflejamos a nuestras generaciones y al resto de la humanidad. Nos encanta la pobreza y que nos digan “pobrecitos” para que nos den lo que creemos que nos merecemos, nos encanta que nos maltraten a diario en el trabajo, permitimos que pasen por encima de nuestros ideales, nos fascina ver como otros caen para caerles encima, todos de alguna manera pensamos que lo hacemos bien. Poca conciencia amigos, poca… y no gira alrededor del “servicio” (amor universal) que es el nivel más alto de conciencia. No queramos ser como otros países, construyamos el propio, el que soñamos, el paraíso que debemos cuidar y respetar, todos los pensamientos son válidos desde sus vivencias, desde sus zapatos, pero creo que ya es tiempo de quitarnos las gafas sucias y nubladas con las que andamos a diario y decirnos por un momento ¿qué puedo hacer desde mi vida, desde mis creencias y desde mis saberes para dejar este lugar mejor de lo que lo encontré? Es que no vinimos solo a reproducirnos, a comprar una casa y un carro… ese no puede ser un propósito de vida… Y eso me incluye… Dentro de un ideal coherente entre lo que pensamos, decimos y hacemos, hay que ajustar los engranajes para edificar un presente de cohesión interna, de marcar la diferencia y de valor por los recursos naturales y por cada ser humano que transita este planeta.

Rompe paradigmas, cambia el chip de tus pensamientos y arriésgate a hacer cosas que dejen huella positiva y no que resten. Y te invito a dejar de pensar en ser la mejor persona del mundo y empieces a pensar en ser la mejor persona para el mundo.

María Fernanda Figueroa

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