Playa, brisa y mar, así inició mi
2020 en Republica Dominicana, feliz de la vida trabajando en Change Americas
Dominicana para una empresa corredora de seguros en Santo Domingo. Un
proyecto hermoso en ROS Seguros y con toda la buena vibra que hicieron
de esos dos primeros meses una experiencia de cambio muy poderosa para sus
líderes y para mí. Aprovechando mi estadía tuve la oportunidad de dictar la Certificación
Internacional de Desarrollo Organizacional de Change Americas a un grupo
maravilloso de personas de diferentes empresas, y justo cuando nos encontrábamos
en la mitad de la certificación, llegó la pandemia y tuve que devolverme a
Colombia. ¡Qué bueno que existe la tecnología! La pude finalizar desde casa.
Y claro está, mis hábitos
cambiaron y cada día era una montaña rusa diferente. Me volví una malabarista
entre la cocina, el aseo, mis hijos, mis mascotas, mi pareja y mi trabajo. Así
como Wonder Woman pude atar el lazo de la verdad a mi conciencia y convertir mi
escudo en una herramienta multiusos para combatir el estrés, el cansancio y la
explosión de miedos que me atacaban por punta y punta.
La pandemia hizo que mi gran
proyecto de Gestión del Cambio, con el que inicié el año se detuviera,
seguramente existían otras prioridades. La buena estrella que siempre me ha
acompañado me sorprendió con dos nuevos proyectos, uno para realizar unas
devoluciones 360° (tipo coaching) de la medición cultural de Niveles de
Conciencia, a varios líderes de La Bolsa de Valores de Colombia, un
proyecto de Evolution Change y un proyecto de gestión documental para
hacer gestión del cambio en ICFE (instituto de casas fiscales del ejercito)
junto con Control Online.
Si bien, ser independiente tiene
sus riesgos, también te abre la posibilidad de trabajar con diferentes
empresas, al mismo tiempo. Y es que en estos 15 años de experiencia he
aprendido a trabajar en medio de la volatilidad de un mundo cambiante, la incertidumbre
de no saber lo que pasará, la complejidad de cada negocio, sus políticas y procesos
y la ambigüedad que se convierte en el pan de cada día.
Finalicé estos proyectos y
nuevamente la estrella actuó. Dabega Training & Development me abrió
las puertas con dos proyectos de formación y desarrollo para dos importantes
empresas: Teleperformace con un reto de formar en temas de liderazgo (Liderando
en la Covidianidad) a más de 2100 líderes y Pfizer con quienes
ejecutamos un programa con herramientas poderosas (Las Seis Dimensiones del Profesional
Moderno) para el fortalecimiento de competencias en dos grupos importantes de
la empresa.
No puedo estar mas que agradecida
por cada puerta que se abrió en las empresas que confiaron en mi talento y me ayudaron
a mantener el equilibrio en medio de la crisis.
Mis rescates, salvavidas de poder.
En medio de 100 cuerdas flojas,
abismos y tempestades, aparecieron los grupos de rescate, entre ellos el de “Búsqueda”
un grupo de personas increíbles de todo el mundo que construyó en mi la
espiritualidad y el amor por la vida. Cada día una cápsula de poder que me llenó
de fortaleza y de aprendizaje constante para ganar nuevos hábitos, entre ellos
el de meditar y agradecer.
Otro salvavidas, y quizás el que
me ayudó a fortalecer mi autoestima, Jairo Castañeda, un amigo de la
vida que con su Equipaje Emocional y a través de sus cuentos narrados e
ilustrados, sus metáforas y talleres me reveló varios secretos para sobrevivir
a los infiernos, en una palabra: Resiliencia. Nuestras conversaciones poderosas
alrededor de temas como trabajo en equipo, perseverancia, comunicación efectiva
y otras tantas herramientas que me ayudaron a fortalecer mi discurso y a perder
el miedo a hablar espontáneamente en un mundo virtual, cuando en épocas
presenciales era tan fácil para mí. Luego llegaron las clases de Stand Up Comedy
impartidas por el mismo Jairo las cuales me ayudaron a construir la estructura
de un buen discurso con el ingrediente más poderoso: El humor.
La lectura se convirtió en mi aliciente,
y tuve el tiempo para devorar páginas de mis temas y autores favoritos. El
placebo eres tú de Joe Dispenza (que por fin lo pude terminar) Supergenes de
Depak Chopra, Una nueva Tierra y el Poder del Ahora de Eckhart Tolle y un
centenar de artículos poderosos que me ayudaron mas que a reinventarme a trascender
a otros niveles de conciencia, en los que la cohesión interna, el hacer la
diferencia y la capacidad de servir se convirtieron en mis principales
herramientas de supervivencia.
Otro grupo virtual que nació en medio
de la pandemia fue el grupo de los locos emprededores 730ers, y aunque yo
llegué un poco tarde, me acogieron de forma cálida y amable. Entre Argentinos,
Colombianos y Chilenos con quienes compartimos conocimientos, tips,
herramientas y nos apoyamos en nuestros emprendimientos, además de hablar de
los Lives de Leo Piccioli un conferencista y escritor a quien seguimos de
manera ferviente por LinkedIn y en donde el plato de primera mesa es el
liderazgo disruptivo.
Y mi rescate mas certero fue mi
emprendimiento. Mientras avanzaba en mi parte profesional, pude dedicarle
tiempo a un bebé soñado que nació el 6 marzo del 2020, Universo de Mujeres, algo
que rondada mi cabeza desde hace tiempo, entender por qué llegan a la cima de
su profesión un porcentaje menor de mujeres que de hombres, racionalizar el
papel de la mujer en el momento actual y las miles de maneras de inspirar para
que muchas más alcancen sus objetivos profesionales, personales y de liderazgo
fueron la gasolina para poner en marcha la creación de este espacio seguro
diseñado exclusivamente para mujeres. Así que me puse en la tarea de crear
cuenta en Instagram @universodemujeres0 y en Facebook, página web www.eluniversodemujeres.com y
como quien alimenta a un niño, esto se convirtió en mi día a día. Con el paso
del tiempo cree la Masterclass a la que denominé “PRIMER ENCUENTRO DE PODER, CONECTA
CON TU INTERIOR” y me lancé a dictar herramientas de empoderamiento femenino con
un primer grupo. ¡Y vamos por más!
Hoy me encuentro con la
incertidumbre de lo que vendrá, y es que eso no va a cambiar, abriendo puertas en
otras empresas y con la energía y el positivismo que me caracterizan, arriesgándome
desde mi independencia a encontrar nuevos horizontes.
Solo los que aprendamos a vivir cómodos
en la incertidumbre sobreviviremos y mejor aún viviremos disfrutando del mundo
impredecible, cambiante, complejo y ambiguo que nos hará sentir el vértigo de 100
cuerdas flojas quizás. Y es que lo más certero para mí es que “siempre es hoy”.
María Fernanda Figueroa
La imagen de las cien cuerdas flojas me disparó la idea de una telaraña, que parece muy frágil, pero es capaz de soportar muchísimo peso en relación a su tamaño.
ResponderBorrarSi alguna cuerda se rompe se puede caminar por las adyacentes y, cuando nos queda tiempo, repararla por si acaso luego la necesitamos usar nuevamente.
Esteban ¡Gracias por leerme! Es una hermosa metáfora la de la telaraña. Esas cuerdas flojas me sostuvieron por todo el año. Y eso es una bendición. Un abrazo en la distancia.
BorrarDesde que llegaste al club 730, has aportado hasta más no poder. Gracias.
ResponderBorrarEs un privilegio el ser parte del club 730, gracias por leerme, Un gran abrazo!
BorrarTenemos que aceptar la fragilidad de las cosas y reconocer que nuestra capacidad de adaptarnos es nuestra mayor fortaleza
ResponderBorrarFelicitaciones MaFe!!
Gran año!!
Fabian, gracias por leerme. Me siento tan agradecida por cada cosa que me ha regalado este año. Y me uno a tu sentir, la capacidad de adaptación es nuestro súper poder.
BorrarQue buenas enseñanzas Manuel gracias por haber sido tu alumno en el Camino laboral
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