Hace mucho que no
publico algo, he abandonado mi práctica de escribir, he dejado a un lado mi
esencia, lo que soy y por lo que he descubierto estar en este mundo: servir a
lo demás y mostrarles caminos para crecer y ser mejores seres humanos. La razón
quizás fue el hecho de convertirme en una víctima de los apegos. Así que hoy
decidí empezar de nuevo y escribir para no caer nuevamente en este círculo
vicioso que quizás muchos de ustedes también se encuentran.
Descubrí que muchas
veces me encontraba amargada y obsesionada con tener algo que sabía nunca iba a
ser mío. Y es que las personas no te pertenecen, son libres de pensar y actuar
como bien les parezca, los seres humanos somos completamente impredecibles, mi
tiempo no era mío, era de otros, era completamente capaz de subir una montaña
para recoger aquello que no era para mí, estaba extasiada por la mirada de
alguien a quien no llegué a conocer por completo, me dejé llevar por su sonrisa
y sin darme cuenta estaba viviendo sus sueños y anulé los míos.
Puedo decir que fui
feliz por breves momentos, que el hecho de estar cerca de esa persona me hacía
sentir segura, pero luego, cuando partía me sentía vacía, sin vida propia. Los
seres humanos actuamos por una necesidad básica en nuestro cerebro: Serotonina.
Actuamos por la emoción que nos causa tener nuestro cerebro llenito de placer,
nos mueve una palabra, una caricia, un beso. Nos sentimos atraídos por el hecho
de que somos parte de otros. Así funciona el cerebro cuando pone por encima
miles de cosas que ni siquiera son útiles para la vida.
Hoy más centrada,
más madura y a la vez más humana me he dado el permiso de trascender y liberar
mi energía en aquello que realmente me hace feliz: la gracia de existir y de
despertarme cada día llena de convicciones y saberes que me hacen poderosa y
radiante.
El apego no es otra
cosa que aquello que no podemos encontrar dentro de nosotros y lo buscamos en
otras personas y en otras cosas materiales que en el algún momento pierden su
valor. Por eso el mejor ejercicio es amarse, amarse tanto que nada ni nadie
pueda derribar tus sueños y tu felicidad. Y entonces te preguntarás, querido
lector, ¿cómo se logra eso? No es tan sencillo pero nunca imposible, se
requiere el valor de un guerrero, la magia de las palabras sabias, el poder de
la mente que nos mantiene despiertos y alertas,
la música suave que acaricia el alma, el espejo que no miente, la mirada
sincera de quienes realmente te aman, la voz que te habla desde tu interior y
que dice lo bello y magnífico que eres, el asombro de despertar y saber que
estamos vivos… ¡Vivos! Por Dios … estamos vivos, tenemos mil oportunidades para
ser felices, abrazar la soledad y amar esos instantes con nosotros mismos, al
fin y al cabo serás la única persona que te acompañará hasta el final de los
días.
Mira tus manos y
respira… Estás completo, tienes todo para avanzar, tu corazón late y está listo
para amar sin apegos, tienes el don de discernir entre lo que te gusta y lo que
no, puedes escoger lo quieres vivir, puedes leer cosas que no te intoxiquen la
mente, puedes elevarte por encima de los que creen que no vas a poder, estoy
completamente segura que si yo pude, tú también.
Aunque no existe la
independencia total, esto sería algo extraño, somos seres sociales por
naturaleza, nos necesitamos unos de otros, la “interdependencia” es la relación
perfecta, es en la que cuidas, das y también recibes y al mismo tiempo, tu
pareja, hijos, amigos y familia cuidan, reciben y dan. Esto sería lo ideal. Sin
embargo caemos en el vacío de dar y no recibir, de amar y no ser amado, de
cuidar y no ser cuidados, y así entramos lentamente en la dependencia, en los
apegos y en esos vagos pensamientos de: “No lo merezco” “no soy digno de” “doy
sin esperar”… Y esto no son relaciones sanas entre adultos. Se requiere de
autonomía e intimidad para poder nivelar esas necesidades tan humanas y
necesarias para encontrar tranquilidad, confianza y serenidad.
En los seres
humanos encontramos varios tipos de dependencia:
1. La necesidad de
cuidar a otros: él no puede vivir sin mí, si lo dejo cómo va a subsistir,
pobrecito, no sabe vivir solo, etc.
2. La necesidad de
tener poder sobre otros: Si no es feliz conmigo pues tampoco con otro/a, él o
ella tiene que hacer lo que yo diga, nadie puede pasar por encima de mis
deseos, es cuando yo diga, en donde yo diga y como yo diga. ¡El ego por encima
de todo!
3. La necesidad de ser
protegidos: No soy nada si no estás, mi mundo se oscurece cuando no te veo, no
puedo vivir sin ti, la vida sin ti no tiene color, para qué vivir si no estás a
mi lado. Víctimas de nuestros propios pensamientos, víctimas porque le
entregamos nuestra felicidad a otro.
Te
regalo con amor estas prácticas que han hecho de mi vida mucho más feliz:
Medita:
No tienes que convertirte en un monje tibetano para lograr estados de conexión
profunda con tu interior, basta con sentarte en el espacio más cómodo de tu
casa, cerrar los ojos y mantener la respiración profunda, esa que hemos
olvidado por andar en el corre corre de los días. Ahora, piensa en el lugar más
paradisiaco para ti, ese en el que quieres estar en épocas de descanso, sien te
el sonido del viento, la brisa en tu cara, los colores del paisaje, la
naturaleza perfecta que acaricia tu corazón, el sonido del agua, tus pies
tocando la hierba, la paz que se siente en este lugar es perfecta y ahí te
quieres quedar por mucho tiempo. Ahora procura silenciar los pensamientos que
te agobian, retira de tu mente las cosas a las que temes, respira, tienes el
poder de bajarle el volumen a aquello
que no te deja evolucionar, respira…
Haz
ejercicio: La
práctica de moverse, de activar los músculos, de ejercitar cada articulación y
parte de tu cuerpo. Salta, muévete, baila… Puedes correr, hacer aeróbicos,
saltar encima de cama, bailar frente al espejo, bailar mientras te vistes y te
desvistes, puedes correr con tu mascota,
correr solo o sola, sentir que el oxígeno llega a tu cerebro y que todo es
posible. No necesitas de nadie para definir tu mundo. Repite conmigo: La
felicidad la hago yo.
Lee,
lee mucho:
Lee
cosas que te construyan, deja la basura memística a un lado, lee
literatura clásica, lee a Osho,
Jodorowsky, Eckhart Tolle, Ken Wilber, Peter Russell, Gary
Zukav, Stanislav Grof, Dalai Lama, Richard Barrett. Lee a los viejos y nuevos
filósofos… Nunca te canses de aprender, desaprender y volver a aprender. Mejor
apégate a un buen libro que a una persona.
Lee
sobre el poder de la mente, sobre espiritualidad, lee historias que te hagan
sentir feliz y libre, lee historia, lee a otras culturas, el mundo está más
allá de tus narices, abandona por un tiempo las redes sociales y dedícate a
investigar las cosas que te apasionan, lee sobre el arte, la música, lee
poesía, lee cosas que realmente te ayuden a salir de los tontos apegos
existenciales.
Escucha
música que te relaje: que te haga entrar en una dimensión diferente, pero por
favor, no escuches cosas melancólicas o demasiado románticas, eso déjalo para
cuando la tristeza del dejar ir haya pasado. He aquí mis recomendados: David Garret, Yann Tiersen, Jacqueline du pré, Ludovico Einaudi, Raúl di Blasio, Kenny Garret, Chick Corea, Lindsey Stirling, etc...
Aliméntate: No dejes de hacerlo, no creas que con dejar de comer el apego va a desaparecer, o por el contrario, no creas
que comiendo mucho las cosas van a
cambiar. Ten cuidado como manejas tus ansiedades, no reemplaces personas
por comida, los desórdenes alimenticios están a la vuelta de la esquina y son
síntomas de tristeza y depresión profunda.
Ahora,
luego de haber hecho todo esto… ¿Cuéntame cómo te sientes? ¿Crees en serio que
necesitas de algo más para definirte como ser humano? ¿Crees que necesitas de
otros para ser feliz? Suelta, respira y sal a caminar, el mundo está a tus
pies.
¿Y
quieres saber el final de la historia? Logré olvidar, perdonar, sanar y dejar
ir. Logré entender que no existe amor más grande que el que siento por mí, y
aprendí que apegarse a las cosas es completamente improductivo, porque te
anula, te hace vivir los sueños de otros, es como estar muerto en vida.
Piénsalo
Hola Mafecilla, me encantó muchísimo lo que escribiste, me alegra que estas encontrándote contigo misma, tu esencia!! Estas encontrando tu verdadero propósito ese que por nadie ni nada debes perder, es tu norte, tu luz, tu destino. Un abrazo enorme
ResponderBorrarAhora se porque eres WW
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